Acompañar a un alumno en un colegio es ir a su encuentro para caminar juntos sin violentar su libertad. Es mucho más que una sesión de tutoría en el que haces uso de un check list donde se enfatiza solamente en aspectos académicos. Nuestro alumno tiene varias dimensiones en su yo personal: el intelecto, la voluntad, la emotividad y afecto y una dimensión más profunda la dimensión espiritual. Todas estas dimensiones hay que desarrollarlas si queremos ayudar a llegar a ser lo que realmente puede ser nuestro alumno. Cuidemos su unidad de vida, su autoconciencia e identidad personal, su libertad tesponsable. Disponemos de varios medios, el principal el medio de la experiencia en valores, en meditación, oración y si es creyente en experiencias de Dios.
A la educación le es esencial el acompañamiento. Nos jugamos el proyecto de vida de nuestros alumnos. Seamos capaces de tomar conciencia de esta realidad para desgastarnos en nuestra profesión con un para qué bien claro y valioso.
Comentarios