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Diez cuestiones que un profesor no debe olvidar si le preocupan el control y la disciplina de la clase





El control y la disciplina de una clase suele ser una de las principales preocupaciones de los nuevos profesores. Porque esto es algo que no se suele enseñar, sino que hay que aprenderlo con la práctica diaria. Estos diez puntos que siguen a continuación pueden ayudarte a afrontar los problemas de disciplina.

1.- Para comenzar, cara de cemento

Algunos profesores nuevos y también otros con más experiencia comenten el error de comenzar el año siendo demasiado “fáciles”. Los alumnos se dan cuenta desde el principio, y ya saben que en esas clases pueden hacer cualquier cosa, pero no les va a pasar nada. Una vez que permites que la clase esté llena de incidentes es muy difícil volver a la exigencia. En cambio es mucho más fácil hacerse un poco más blando a medida que avanza el curso. No es preciso seguir al pie de la letra eso de “hasta Navidad, cara de cemento”, pero no se pueden negar sus beneficios.

2.- La clave es ser justo

Los alumnos tienen un claro sentido de lo que es justo y de lo que no es justo. Si quieres ser respetado, debes tratar a todos los alumnos por igual. Debes estar seguro de que si tu mejor alumno hace algo mal, también él será sancionado como los demás.


3.- Eso lo arreglamos en la calle

Cuando tengas algún incidente en clase, es imperativo que lo resuelvas inmediatamente, pero interrumpiendo la clase lo menos posible.

4.- Si me buscas, no me vas a encontrar

Evita enfrentarte a los alumnos. Siempre que hay un enfrentamiento hay un ganador y un perdedor. Obviamente como profesor necesitas guardar el orden y la disciplina en clase. Sin embargo, sobre todo con adolescentes, es mejor evitar que se sientan humillados o disminuidos delante de sus compañeros.

5.- Una pizca de humor

A veces sólo hace falta una sonrisa para que las cosas vuelvan a su cauce. Pero no confundas el humor con la ironía o el sarcasmo. El humor cura casi todas las heridas, el sarcasmo las infecta. Nunca se puede ser gracioso a costa de otro.


6.- La técnica de la expectativa

En el caso de los niños, las expectativas suelen conducir a su cumplimiento. Refuerza con tu forma de hablar las conductas positivas: “Hoy espero que se siga la explicación con absoluta atención, porque es un tema que necesita mucha concentración”.

7.- Caña

Por costumbre, no dejes tiempo libre en clase. Los alumnos están recibiendo un poderoso mensaje subliminal de lo que opina el profesor sobre el trabajo académico y sobre su propia materia. Para evitar eso, sobreprograma cada una de tus clases. Cuando tienes mucho camino que recorrer es mejor no pararse.

8.- Consistencia

Sé consistente. Si un día ignoras cualquier falta y al día siguiente saltas a la menor infracción, es probable que tus alumnos se desconcierten. Tienen derecho a esperar que seas el mismo todos los días.

9.- Normas, las justas

Nadie puede acordarse de cumplir 170 normas. Los alumnos tienen que saber desde el principio lo que es y lo que no es aceptable. Establece unas reglas claras y asegúrate de que son conocidas y respetadas. También de que todo el mundo sabe las consecuencias de romper las normas.

10.- El fresco del día

Empieza de nuevo cada día. Esto no significa de que te olvidas de los días anteriores, si no de que cada día estás dispuesto a darle una nueva oportunidad al amor, a la generosidad, al trabajo y a la bondad de los hombres.

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