Peligros en los colegios.


Parece que nadie discute que el modelo de escuela, tal y como lo hemos conocido hasta ahora, ha entrado en una profunda crisis. Los centros educativos ya no disponen de un lugar propio en la sociedad globalizada de hoy en día. Las razones principales de esa perdida de un lugar propio han sido las críticas radicales de los postestructuralistas en su tiempo, y ahora, los ataques del neoliberalismo económico y el nacimiento de una potente industria cultural. Todo esto provoca que la escuela tenga por delante un significativo desafío: Perfilar su nuevo papel en la sociedad emergente. Para ello, es preciso fijarse en las fuerzas restrictivas y/o impulsoras donde se están produciendo cambios que inciden directamente sobre los procesos de la escuela. Vamos pues, a ello. Todo lo que ocurre en el entorno de los colegios tiene su influencia en la configuración de la escuela actual. En este sentido  no se nos escapan los cambios acelerados de una escuela desvinculada de un estado que va cediendo competencias en la gestión y organización del servicio de la educación fruto del discurso economicista y de la idea enriquecedora de promover una pluralidad en la oferta para garantizar la libertad de elección de centro. 


También nos encontramos con la heterogeneidad entre la población escolar como consecuencia de la inmigración, lenguas maternas dispares y el bagaje cultural que llevan los alumnos. Y toda esta realidad cambiante hay que armonizarla  con la  escolarización obligatoria hasta cierta edad en colegios públicos y concertados con las tensiones y disensiones que estas circunstancias provocan. Por otra parte, tenemos la disyuntiva de si los alumnos que proceden de otras sociedades deben integrarse asumiendo el modelo cultural dominante o, más bien,  deben seguir cultivándose las diferencias de origen aunque ello suponga una segregación y conculcar la igualdad de oportunidades. De ahí, el cuestionamiento del currículo a estudiar en los centros y el desconcierto respecto a lo que se debe aprender. Por último, tenemos LA SUPEDITACIÓN DE LOS COLEGIOS A LOS CRITERIOS DEL MERCADO  como otro ámbito en el que los cambios repercuten de modo decisivo en la configuración de la escuela actual.
Los efectos de esta supeditación son los siguientes:
1.- Una tendencia cada vez mayor de crear centros privados-concertados antes que públicos, siendo los criterios del mercado la directriz principal pero no el factor único que está influyendo en los cambios.
2.- La presencia de nuevos procedimientos alejados de lo que se venía entendiendo como servicio público.
3.- Los efectos de esta supeditación tiene dos características: efectos evidentes y efectos sutiles a medio plazo.
4.- Entre los efectos evidentes tenemos la subvención a través de concierto educativo o cheque escolar en etapas no obligatorias (2º ciclo de infantil) a la enseñanza privada.
5.- La dualización del sistema educativo trayendo consigo dos ofertas educativas distintas dentro de un mismo sistema educativo: red pública y privada provocando la atención a alumnos de diferente perfil. 
6.- Los centros educativos por diversas razones tienen diferencias en el ámbito de la dotaciones y equipamiento, lo que hace quienes vean es esto, desigualdades, agravios comparativos, provocando la quiebra de la función equilibradora de oportunidades que siempre se le había atribuido a los colegios.
7.- Una gestión del colegio donde se anteponga por encima de todo el reparto de dividendos de los accionistas y la instrumentalización de las personas, estando presente la mercantilización total del colegio en casi todas las decisiones de gobierno: directores técnicos elegidos por intereses ocultos y de un perfil sin liderazgo pedagógico, gerentes-administradores  sin una mínima formación pedagógica, centros sin un proyecto curricular bien definido y participado, normativa del concierto educativo frecuentemente incumplida en aspectos relacionados con la oferta de la actividades complementarias, en el procedimiento de constitución de los consejos escolares, etc...

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