Cuando la misericordia se hace abrazo: Una luz llamada Spei Mater
A lo largo de mis 45 años caminando por los pasillos de colegios y compartiendo la vida con tantas familias, he aprendido una verdad fundamental: no hay herida humana que sea ajena al corazón de Dios, y por tanto, no puede ser ajena al corazón de la Iglesia.
A menudo, en la vorágine del día a día, nos encontramos con dolores silenciosos. Sufrimientos que no salen en los boletines de notas ni en las reuniones de padres, pero que pesan en el alma. Hoy quiero hablaros desde la esperanza y la pedagogía del amor sobre una realidad que está sanando corazones en nuestros Centros de Orientación Familiar (COF): la asociación pública de fieles Spei Mater y sus proyectos de vida.
¿Qué es Spei Mater?
Spei Mater significa "Madre de Esperanza". Solo con el nombre ya intuimos su misión. Es una respuesta de la Iglesia Católica para salir al encuentro de la vida herida o amenazada. No es una oficina burocrática; es el rostro de una Iglesia que no juzga, sino que acoge; que no señala, sino que abraza.
Como educadores y cristianos, sabemos que la coherencia nos exige estar allí donde la vida es más frágil. Spei Mater articula esta ayuda principalmente a través de dos proyectos preciosos que todos deberíamos conocer y difundir: Proyecto Ángel y Proyecto Raquel.
Proyecto Ángel: "No estás sola"
El miedo es, a menudo, el peor consejero. Cuando una mujer se enfrenta a un embarazo imprevisto o en dificultad, el mundo parece cerrarse. Aquí es donde nace el Proyecto Ángel.
Su pedagogía es sencilla pero revolucionaria: acompañar.
No se trata solo de dar recursos materiales (que también son necesarios), sino de ofrecer un acompañamiento integral y espiritual. Los consejeros del Proyecto Ángel caminan al lado de la mujer embarazada para que el miedo no decida por ella.
El objetivo: Que ninguna mujer se vea abocada al aborto por falta de apoyo, soledad o presiones externas.
La clave: Es un "sí" a la vida dicho desde la comunidad, recordándole a esa madre que tiene una red de ángeles custodios visibles dispuestos a ayudarla.
Proyecto Raquel: Sanar la herida más profunda
Si el Proyecto Ángel actúa antes, el Proyecto Raquel es el bálsamo para el después. Es, quizás, uno de los ministerios más delicados y necesarios de nuestro tiempo: la sanación del síndrome post-aborto.
Durante años he visto cómo muchas personas (mujeres, y también hombres) cargan en silencio con un dolor que creen imperdonable. El aborto deja una huella profunda, una herida en el alma que a veces tarda años en manifestarse.
El Proyecto Raquel ofrece un camino de reconciliación y sanación psicológica y espiritual.
Sin juicios: Se ofrece un espacio de confidencialidad absoluta.
Con misericordia: Se ayuda a la persona a recomponer su historia, a perdonarse a sí misma y a encontrar el perdón de Dios, reconociendo la dignidad del hijo no nacido y encomendándolo a la misericordia divina.
"La Iglesia es un hospital de campaña tras la batalla. Curar heridas, curar heridas... y comenzar desde abajo". — Papa Francisco.
Los COF: Puertos seguros
Estos proyectos suelen estar integrados o vinculados a los Centros de Orientación Familiar (COF) de nuestras diócesis. Es vital que sepamos esto. Cuando una familia se rompe, cuando surge una crisis, o cuando la vida duele, el COF es ese puerto seguro donde la técnica profesional se une a la antropología cristiana.
El miedo es, a menudo, el peor consejero. Cuando una mujer se enfrenta a un embarazo imprevisto o en dificultad, el mundo parece cerrarse. Aquí es donde nace el Proyecto Ángel.
Su pedagogía es sencilla pero revolucionaria: acompañar.
No se trata solo de dar recursos materiales (que también son necesarios), sino de ofrecer un acompañamiento integral y espiritual. Los consejeros del Proyecto Ángel caminan al lado de la mujer embarazada para que el miedo no decida por ella.
El objetivo: Que ninguna mujer se vea abocada al aborto por falta de apoyo, soledad o presiones externas.
La clave: Es un "sí" a la vida dicho desde la comunidad, recordándole a esa madre que tiene una red de ángeles custodios visibles dispuestos a ayudarla.
Proyecto Raquel: Sanar la herida más profunda
Si el Proyecto Ángel actúa antes, el Proyecto Raquel es el bálsamo para el después. Es, quizás, uno de los ministerios más delicados y necesarios de nuestro tiempo: la sanación del síndrome post-aborto.
Durante años he visto cómo muchas personas (mujeres, y también hombres) cargan en silencio con un dolor que creen imperdonable. El aborto deja una huella profunda, una herida en el alma que a veces tarda años en manifestarse.
El Proyecto Raquel ofrece un camino de reconciliación y sanación psicológica y espiritual.
Sin juicios: Se ofrece un espacio de confidencialidad absoluta.
Con misericordia: Se ayuda a la persona a recomponer su historia, a perdonarse a sí misma y a encontrar el perdón de Dios, reconociendo la dignidad del hijo no nacido y encomendándolo a la misericordia divina.
"La Iglesia es un hospital de campaña tras la batalla. Curar heridas, curar heridas... y comenzar desde abajo". — Papa Francisco.
Los COF: Puertos seguros
Estos proyectos suelen estar integrados o vinculados a los Centros de Orientación Familiar (COF) de nuestras diócesis. Es vital que sepamos esto. Cuando una familia se rompe, cuando surge una crisis, o cuando la vida duele, el COF es ese puerto seguro donde la técnica profesional se une a la antropología cristiana.
Nuestra tarea: Ser altavoces de esperanza
Querido lector, padre, madre, compañero docente: la ignorancia de estos recursos es lo que impide la sanación de muchos.
Te invito a que hoy no solo leas este artículo, sino que lo interiorices y lo compartas. Quizás en tu entorno hay alguien sufriendo en silencio un embarazo con miedo o el dolor de un aborto pasado. Saber que existen el Proyecto Ángel y el Proyecto Raquel puede ser la diferencia entre la desesperación y la esperanza.
Seamos coherentes con nuestra fe y hagámonos prójimos. Difundir que existe un camino de sanación es, en sí mismo, un acto de amor.
Querido lector, padre, madre, compañero docente: la ignorancia de estos recursos es lo que impide la sanación de muchos.
Te invito a que hoy no solo leas este artículo, sino que lo interiorices y lo compartas. Quizás en tu entorno hay alguien sufriendo en silencio un embarazo con miedo o el dolor de un aborto pasado. Saber que existen el Proyecto Ángel y el Proyecto Raquel puede ser la diferencia entre la desesperación y la esperanza.
Seamos coherentes con nuestra fe y hagámonos prójimos. Difundir que existe un camino de sanación es, en sí mismo, un acto de amor.
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