Enviados para amar y servir: nuestra misión desde el COF Campo de Gibraltar
Hoy, Paloma y yo hemos vivido un momento muy especial en la Parroquia de San Bernardo de La Línea: la Misa de Envío. Una celebración que no es un simple rito, sino una expresión viva de la Iglesia que confía en sus hijos y los envía a la misión de ser testigos del Evangelio en medio de la vida cotidiana.
En nuestro caso, ese envío se concreta en el Centro de Orientación Familiar (COF) del Campo de Gibraltar, una realidad diocesana que quiere estar al servicio de las familias, acompañarlas en sus dificultades y animarlas en sus alegrías.
¿Qué significa ser “enviados”?
La palabra “envío” nos recuerda que no actuamos por iniciativa propia, sino en nombre de la Iglesia. Ser enviados significa:
- Dar testimonio de Cristo en medio de nuestro entorno.
- Poner nuestros dones al servicio de los demás, especialmente de las familias que más lo necesitan.
- Acompañar con cercanía y esperanza, sabiendo que toda familia puede crecer cuando se siente escuchada y apoyada.
En este envío hemos querido ponernos a disposición del párroco y de toda la comunidad de San Bernardo, con la ilusión de trabajar en comunión, compartiendo vida y fe.
Las ventajas de un COF para la comunidad
El Centro de Orientación Familiar no es solo un lugar de consultas o talleres, sino un espacio de encuentro, crecimiento y sanación. Entre sus principales ventajas destacan:
- Escucha y acompañamiento gratuito: muchas familias necesitan un espacio donde ser escuchadas con respeto y sin juicios.
- Formación para padres y madres: talleres sobre comunicación, educación de los hijos, virtudes y acompañamiento escolar.
- Orientación en momentos de crisis: matrimoniales, personales o familiares, siempre desde una perspectiva humana y cristiana.
- Prevención y fortalecimiento: no solo se atienden problemas, también se proponen caminos para crecer como familia y como comunidad.
- Inserción en la vida parroquial y diocesana: el COF forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia en el Campo de Gibraltar.
Una misión compartida
Recibir el envío nos recuerda que no estamos solos. Caminamos con otras familias, con la comunidad parroquial y con la gracia de Dios que sostiene cada paso. La misión no es un esfuerzo individualista, sino una tarea compartida donde cada gesto cuenta: una escucha atenta, un consejo prudente, una palabra de aliento o una oración confiada.
Conclusión
La Misa de Envío de hoy ha sido para nosotros un sí renovado al Señor. Queremos vivirlo con humildad, alegría y esperanza. Sabemos que el COF Campo de Gibraltar es un regalo para nuestra diócesis, y deseamos que cada familia que llegue a nosotros experimente que la Iglesia camina a su lado y que Cristo es siempre la mejor respuesta.
Pedimos a todos que nos acompañen con su oración, para que sepamos ser fieles a esta misión de amar y servir desde el corazón de la Iglesia.
“El Señor no llama a los más capacitados, sino que capacita a los que llama.”
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