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Del puente entre Primaria y Secundaria: lo esencial del tránsito según la LOMLOE



El paso de 6.º de Primaria a 1.º de ESO es uno de los momentos más delicados en la vida escolar de los alumnos. No se trata solo de un cambio de edificio o de profesorado: supone una transición vital hacia una etapa educativa distinta, con nuevas exigencias y metodologías. La LOMLOE insiste en que este tránsito debe estar cuidadosamente acompañado por los centros para evitar rupturas en el aprendizaje y garantizar la continuidad en el desarrollo competencial de cada alumno.

Lo esencial del programa de tránsito

La normativa señala que los centros deben establecer planes de coordinación entre equipos docentes de Primaria y Secundaria. Estos programas buscan:

  1. Asegurar la coherencia curricular entre el último curso de Primaria y el primero de ESO.
  2. Facilitar un seguimiento individualizado de cada alumno, especialmente en aspectos madurativos, motivacionales y de aprendizaje.
  3. Potenciar la implicación de las familias como parte activa del proceso.
  4. Detectar posibles necesidades específicas de apoyo educativo desde el inicio de la nueva etapa.

No basta con un mero traspaso de expedientes: se trata de que los profesores de Secundaria conozcan a fondo las fortalezas, debilidades y estilo de aprendizaje de cada alumno que se incorpora.

Aprendizajes básicos que deben dominar al finalizar 6.º de Primaria

La LOMLOE estructura los aprendizajes en competencias clave, que los alumnos deben haber adquirido de forma suficiente antes de promocionar a Secundaria. Entre ellas, destacan:

  1. Competencia en comunicación lingüística: leer con fluidez, comprender textos de diferente tipología, expresarse con claridad de forma oral y escrita.
  2. Competencia matemática y en ciencia, tecnología e ingeniería: aplicar el razonamiento lógico, resolver problemas básicos, manejar operaciones y conceptos de medida, tiempo y espacio.
  3. Competencia digital: usar dispositivos de manera responsable, buscar información, comenzar a producir contenido sencillo.
  4. Competencia personal y social: trabajar en equipo, gestionar emociones, mostrar hábitos de esfuerzo y autonomía.
  5. Competencia ciudadana: conocer derechos y deberes, normas de convivencia, valorar la diversidad.
  6. Conciencia y expresión cultural: apreciar manifestaciones artísticas y culturales, expresar la propia creatividad.
  7. Competencia para aprender a aprender: organizar el estudio, aplicar técnicas de aprendizaje, perseverar ante la dificultad.
  8. Estos aprendizajes no son solo conocimientos; son destrezas y actitudes que servirán de base para afrontar el mayor nivel de abstracción y autonomía que exige la ESO.

La importancia de la evaluación inicial en septiembre

La evaluación inicial en 1.º de ESO es clave. No se trata de un examen más, sino de un diagnóstico pedagógico que permite al profesorado:

  1. Conocer el nivel real de cada grupo y alumno.
  2. Identificar lagunas de aprendizaje que deben ser atendidas con refuerzos específicos.
  3. Ajustar las programaciones de cada materia a las necesidades detectadas.

La evaluación inicial debe tener consecuencias concretas: no es un trámite, sino el punto de partida para una enseñanza adaptada y personalizada. Sus resultados han de orientar medidas de apoyo, refuerzos en competencias básicas y, en algunos casos, la activación de adaptaciones curriculares o medidas de inclusión previstas en la LOMLOE.

Evaluación continua y adaptaciones

El tránsito no se resuelve en septiembre: es un proceso que se extiende a lo largo del curso. Por eso, los centros deben garantizar que:

  1. Las programaciones didácticas se revisen tras los resultados de la evaluación inicial.
  2. Se establezcan programas de refuerzo en comunicación lingüística y matemáticas para quienes lo necesiten.
  3. Haya una coordinación real entre tutores, departamentos y orientación.
  4. Las familias reciban información clara y acompañamiento en los primeros meses de la ESO.

Cuando esto se hace bien, el salto de etapa deja de ser un riesgo y se convierte en una oportunidad de crecimiento.

Check list para valorar el tránsito de Primaria a ESO en un centro

  1. ¿Existe un plan de coordinación y se aplica entre los equipos docentes de 6.º de Primaria y 1.º de ESO?
  2. ¿Se realiza una evaluación inicial sistemática en septiembre, en formato rúbrica, en todas las materias clave?
  3. ¿Los resultados de la evaluación inicial se utilizan para ajustar las programaciones y se comprueba este hecho por dirección?
  4. ¿Se ponen en marcha programas de refuerzo o apoyo para alumnos con dificultades y se les informa por escrito a los padres?
  5. ¿Hay un seguimiento individualizado de cada alumno con todos los ítems imprescindibles recogidos en el modelo de acta de junta de evaluación, más allá de los datos académicos?
  6. ¿Las familias son informadas y acompañadas en este proceso de cambio?
  7. ¿El tutor y el equipo de orientación actúan de manera coordinada en los primeros meses?
  8. ¿Se revisa y actualiza el plan de tránsito del centro cada curso escolar?

Este artículo puede servir como una guía de reflexión práctica para directivos, docentes y familias, con un final muy concreto para que cada lector pueda preguntarse: ¿esto está ocurriendo en mi centro?

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