Experiencias de director en la Escuela del siglo XXI


Las responsabilidades de un director son diversas y variadas en un centro educativo. Hay que destacar que la primera obligación es ser leal y coherente con el ideario del colegio: su misión, valores y principios. Posteriormente,  hay que saber desarrollar el ideario en unos objetivos generales o plan de mejora teniendo el cuenta el reglamento de organización y funcionamiento. Todas estas acciones requieren de preparación, reflexión y en especial de conseguir la implicación y compromiso de todo el equipo educativo. Nada es sencillo, todo es posible si amas tu vocación. Hay que evaluar bien la situación y posibilidades reales del colegio. Si bajamos a un nivel más pragmático, nos encontramos con la agenda del director. Los previstos e imprevistos hay que armonizarlos sin caer en ansiedad. No es fácil, pero hay que apoyarse en las virtudes de la serenidad y paciencia. ¿Pero qué hacer cuando sufres como director impactos emocionales que son propios de la ley de la selva? Por ejemplo: un padre a la salida del colegio, coincidiendo con la presencia de alumnos, arremete contra ti con insultos y amenazas sin causa y sin lógica y todo por haber sido intoxicado con mentiras por su señora esposa? Es necesario mantener la calma y actuar con firmeza a pesar de sus riesgos. Si puedes, hay que citar a la familia para dialogar desde la buena educación. No obstante, este intento de “tender la mano” puede no dar buen resultado, más bien puede convertirse en una nueva situación indeseable con más insultos y amenazas. Toca poner denuncia y solicitar orden de alejamiento. Situación surrealista y penosa  en un colegio. Te agradaría resolver el grave problema con diálogo, pero ves que no es viable. Se hace necesario tomar medidas de prudencia. La primera es serenarte y confiar que las amenazas no se materialicen. Confianza plena. Lo segundo es dejarte aconsejar por personas prudentes. Al final, entre todas las opciones, optas por no tomar medidas ejemplarizantes para que nadie más quiera seguir la senda del insulto y la amenaza. Ser director es complejo, pero a pesar de todo es la profesión más hermosa del mundo: ayudar a crecer como personas.