El respeto es una virtud de valor incalculable. Cuando no se practica no puede existir una sana convivencia que nos permita el desarrollo pleno como personas.
Cuidar de la integridad del otro es la mejor señal para saber si unos padres o maestros respetan como es debido. La atención integral es la palabra clave para comprender si vamos por buen camino y podemos decir con seguridad que una premisa en mi vida es el respeto al otro, a la naturaleza creada.
Nacemos con un alto grado de dependencia que requiere del cuidado de los padres en todos los sentidos: alimentación, hogar, crianza y educación. Todo esto a buen seguro que se hace bien y con sentido común pero es necesarios preguntarnos ¿ Los padres y maestros educamos integralmente a nuestros hijos y alumnos?
Para responder a esta pregunta hay que explicar que es la educación integral. Sintéticamente se puede decir que toda acción intencionada por educar todas las dimensiones de la persona. Esa dimensiones son la corporeidad, la inteligencia, la voluntad teniendo en cuenta los afectos y los sentimientos y el sentido trascedente de la vida.
Si descubrimos que no actuamos en todas y en cada una de estas dimensiones no estaríamos respetando la integridad de toda persona.
El mejor recurso para lograr este fin es el ejemplo. Sin él todo serían palabras huecas y un hacer sin sentido que no facilita la felicidad de las personas al terminar siendo esclavos de impulsos instintivos.
Tenemos la firme esperanza que llegue un momento en que abramos lo ojos y rectifiquemos para no colaborar en una educación incompleta e injusta por culpa del relativísmo, materialismo y hedonismo tan frecuente hoy en día entre nosotros.
Comentarios