Lo primero a tener en cuenta es que la virtud de cualquier acto está en el término medio. Partiendo de esta premisa conviene reflexionar sobre los siguientes actos que se dan hoy en día en muchos hombres de negocios:
1.- El empresario que quiere lucrarse únicamente de su negocio, escatimando a sus cooperadores la ganancia que les corresponde, no es virtuoso sino vicioso.
2.- El Consejero Delegado de una empresa que exige demasiado a sus trabajadores comete también una inmoralidad.
3.- El empresario que sin riesgo alguno pretende sólo ganar mucho dinero lo hace de forma ilícita.
4.- En el caso de encontrarnos con actos económicos que suponen lucro sólo para el bien del individuo y no para el bien de la sociedad, nos encontraríamos con alguien que atenta contra la justicia social.
1.- El empresario que quiere lucrarse únicamente de su negocio, escatimando a sus cooperadores la ganancia que les corresponde, no es virtuoso sino vicioso.
2.- El Consejero Delegado de una empresa que exige demasiado a sus trabajadores comete también una inmoralidad.
3.- El empresario que sin riesgo alguno pretende sólo ganar mucho dinero lo hace de forma ilícita.
4.- En el caso de encontrarnos con actos económicos que suponen lucro sólo para el bien del individuo y no para el bien de la sociedad, nos encontraríamos con alguien que atenta contra la justicia social.
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